Sin previo aviso llega el hermano pequeño, toda al atención se dirige a él y el mayor no lo puede soportar. Deja de ser el único, no capta la mirada de sus padres y no puede evitar enfurruñarse. Sin embargo, no tiene otro remedio que asumir su nuevo rol.
Toy Story habla justamente de algo tan profundo como complejo, la relación entre hermanos. Woody, el vaquero líder, es el favorito de su dueño Andy, siempre juega con él. De repente, aparece Bush, un juguete astronauta, más equipado, que está más de moda, y que además, vuela.
No hay nada más humano y destructivo que los celos. Woody envidia a Bush, quiere que desaparezca porque le ha destronado. Su idealizado Andy prefiere jugar con el juguete recién llegado, está más de moda y es la novedad. Al principio Woody quiere destruirlo, pero acaba aceptándolo, crean un equipo e incluso se quieren.
En Toy Story 4 se da un paso más y se trata la etapa de madurez donde Woody no necesita satisfacer, ni complacer a nadie, sino caminar hacia delante acompañado de iguales. Sin amos.