Muy triste y muy de verdad. Esta serie que ha creado el guionista Aitor Gabilondo escoge miradas vulnerables: las de las madres. Estas mujeres pasan sus días en el hospital porque las personas que más les importan en la vida, sus hijos, están hospitalizadas y al borde de la muerte.
Hay tanta realidad en esta ficción que es imposible no bajar la mirada un poco para descansar. ¡Qué suerte tiene el espectador que se permite parar! Sin embargo, nuestras protagonistas no se pueden detener y tienen que ser fuertes, sin poder derrumbarse. Pasan noches en vela, sonríen aunque no les apetezca y luchan sin descanso por mantenerse vivas.
Esta serie es autentica, dura, sensible y melancólica. El público tiene que estar preparado para introducirse en un hospital en el que no hay ni una gota de frivolidad. Sin duda, invito a los espectadores más valientes a verla cuando se sientan capaces y puedan soportarlo.