Está todo paralizado y los estrenos cinematográficos no son una excepción. Ayer ordené mis libros y encontré un trabajo que escribí durante los años de universidad para la que fue mi asignatura favorita. El proyecto incluye análisis exhaustivos sobre películas que en su día para mí triunfaron o supusieron un antes y un después. Uno de los filmes con los que me topé fue Celda 211. Se estrenó en el año 2009 y consiguió 8 Goyas, incluyendo Mejor película, Director y Actor.
En Celda 211 el actor Luis Tosar a través de su personaje introduce a los espectadores en un motín carcelario, muestra las leyes de la cárcel y se hace íntimo amigo de alguien que padece síndrome de Estocolmo.
La historia muestra las vidas de personas que no tienen nada que perder. Algunas van a estar encarceladas el resto de su vida y están dispuestas a todo. El lenguaje que utilizan los personajes es de la calle, se insultan continuamente y no paran de decir barbaridades. Sin embargo, la clave de la ficción está en el protagonista Malamadre que detrás de esa apariencia ruda y agresiva esconde un líder nato observador, inteligente y vengativo. No perdonará la deslealtad y parece que si alguien traiciona su confianza se lo hará pagar.