Acción, una producción de película y personajes e historias de amor extremos. La casa de papel se lanzó de una forma inteligente porque cuenta con protagonistas muy diversos. Todo el mundo puede identificarse con alguno porque hay un abanico amplio. No es una ficción de nicho, tiene un espacio en el público generalista, pero al mismo tiempo cuenta con una premisa original que la hace destacar: un atraco en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre llevado a cabo por delincuentes ocultos tras la careta de Dalí.
Lo más importante de la serie son los personajes. Los protagonistas son personas que no tienen nada que perder y están liderados por El profesor, un hombre inteligente, aparentemente frío y metódico. No se da a conocer y eso le sirve para llevar a cabo el atraco sin errores. Sin embargo, resulta complicado empatizar con él hasta la tercera temporada en la que se conoce su motivación, emoción y humanidad.
La mayoría de los protagonistas son pasionales, algunos una auténtica bomba de relojería, como es el caso de las mujeres de la banda. Ellas exprimen la vida y sufren y disfrutan a partes iguales. Entre ellos, hay de todo, un padre y un hijo que se quieren por encima de todo, un informático veinteañero inocente que se deja llevar, un psicópata en potencia, y dos hombres con una apariencia ruda y agresiva que en el transcurso de la serie sorprenderán.
En la tercera temporada todo estalla y se profundiza en una historia de amor imposible. Él siempre esta ahí, ella lo sabe y se aprovecha. Él quiere una vida tranquila y tener hijos, pero ella adora las montañas rusas, hacer locuras y las fiestas sin fin. Él, enamorado hasta las trancas, la deja, y ella no lo puede soportar y se refugia en el cinismo y el alcohol.
Los dos amantes se lanzan reproches, se hacen daño y ponen punto final a una historia de amor pasional que les perseguirá toda la vida.